A Pere Tarrés le importaba la gente
Era un joven oficial médico de la República que había entrado en su casa a pedir comida. La vio enferma y la sanó.


J.Mª. Simón Castellví
Lo peor que le puede pasar a una persona enferma es no importarle a su médico. En cambio, tener la sensación de que el profesional se preocupa por ti, que te escucha, que te explora a conciencia, que te da consejos sin paternalismo pero sin frialdad, es una de las mejores experiencias para el que padece un transtorno.
Pere Tarrés i Claret era de aquellos médicos que dejan huella profunda en varias generaciones. Nació en Manresa, en 1905, y murió en la megápolis de Barcelona en 1950. Aún hoy son muchos los que le recuerdan. Conozco a una señora a la que operó de niña casi por casualidad. Él era un joven oficial médico de la República que había entrado en su casa a pedir comida. Y la vio enferma y la sanó hasta nuestros días. En la universidad, en los dispensarios o en el frente de guerra, Tarrés se ganó, sin pretenderlo, una reputación de cinco estrellas.
Era hijo de obrero del ramo del metal y del textil. Quizá por ello nunca olvidó a los más desvaforecidos. Impulsó el Secretariado de beneficencia, antecesor de la actual Cáritas y fundó una clínica para tuberculosos pobres, dotada con los medios técnicos más modernos de la época.
Este es el año del centenario de su nacimiento. Por ello el Colegio de Médicos de Barcelona le ha dedicado 365 días. Se ha creado una página web, habrá actos culturales diversos en varias ciudades, se escribirá mucho sobre él y una exposición en la sede colegial mostrará su figura profesional y su legado a las generaciones siguientes. Siempre he creído que si la Medicina tomase algunas porciones de su pensamiento, se elevaría en nivel sanitario de nuestro país y mejoraría la relación entre médicos y pacientes.
Su entrega a los enfermos, su competencia científica, su preocupación por los más desfavorecidos y, en definitiva, su bondad, le han llevado a los altares de la Iglesia y al cuadro de honor de su colegio de médicos. Puede ser recordado como “aquel médico a quien, incluso en el duro tiempo de guerra, le importaba la gente”.

J.Mª. Simón Castellví fue comisionado del Colegio de Médicos de Barcelona para el Año Tarrés 2005

http://www.fiamc.org/bioethics/apostolado-organizado/

http://www.comb.cat/cat/cultura_lleure/expos_webs/tarres/home.htm