¿Por qué el ‘Obamacare’ es “una ofensa contra la democracia”?: 12 argumentos del historiador Fernández-AmestoLa Ley de Servicios Médicos Asequibles “se ha desviado y ha acabado corrompida por vicios”, afirma el catedrático en la Universidad católica de Notre Dame en Indiana. “Estar embarazada no es una condición médica que hay que prevenir como si fuera una pulmonía o un cáncer”, adviert

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“Hay docenas de acciones legales que cuestionan no solo la claúsula sobre contraceptivos, sino los mismos principios de Obamacare”

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La supuesta medida más progresista del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, es decir su intento de introducir un sistema de acceso universal a los servicios médicos estadounidenses, se ha estrellado estrepitosamente por diversas razones, entre ellas la de atraer solo a 100.000 personas en su primer mes de funcionamiento.

Además, los fallos en la web y la falsa promesa de que los ciudadanos podrían mantener sus planes de salud han lastrado las expectativas del presidente norteamericano.

Por todo ello, La Ley de Servicios Médicos Asequibles, el llamado ‘Obamacare’, le está costando a Obama un notable descenso de su popularidad, al perder en gran medida el apoyo de los ciudadanos tras el fracaso de la reforma de salud, entre otras cuestiones.

Hasta tal punto esto es así que, un reciente sondeo de la Universidad de Quinnipiac, muestra que un 54% de los ciudadanos desaprueba la política del mandatario estadounidense.

“Una ofensa contra la democracia”

Pero, ¿por qué está fracasando el ‘Obamacare’?, ¿cuáles son los detalles de ese fracaso? A estas preguntas parece responder Felipe Fernández-Armesto, historiador y catedrático de la Universidad católica de Notre Dame en Indiana, Estados Unidos, en un artículo de opinión publicado el pasado 20 de noviembre en el diario El Mundo.

Con el título de “El gran error del ‘Obamacare'”, el catedrático de Historia se sitúa en su artículo al lado de quienes se oponen radicalmente a la reforma sanitaria planteada por el presidente de Estados Unidos. Considera que el ‘Obamacare’ “se ha desviado y ha acabado corrompido por vicios“, convirtiéndose así en “una ofensa contra la democracia“.

Cabe recordar que Fernández-Armesto, nacido en el Reino Unido en 1950, es uno de los historiadores británicos menos convencionales, con un trabajo que se nutre de diferentes disciplinas. Hijo del periodista Felipe Fernández Armesto, conocido con el pseudónimo de ‘Augusto Assía’, es catedrático de Historia Mundial y Medioambiental del Queen Mary College de la Universidad de Londres. Desde septiembre de 2005 a 2009 ejerció la cátedra Príncipe de Asturias de la Tufts University en Boston, Estados Unidos. En 2008 fue investido doctor honoris causa por la Universidad de Los Andes de Colombia. Actualmente es titular de la cátedra William P. Reynols de Artes y Letras de la Universidad católica de Notre Dame, Indiana, en cuyo departamento de Historia ejerce desde 2009.

Entre sus obras más conocidas, destacan El nacimiento de la modernidad (2010); Los conquistadores del Horizonte. Una historia mundial de la exploración (2006); The world. A history (2006); Barcelona: mil años de historia (2006), Breve historia de la humanidad (2005),Las Américas (2003); o Civilizaciones. La lucha del hombre por controlar la naturaleza (2002).

Fernández-Armesto se define así mismo de la siguiente manera: “soy un anarquista con conciencia católica, que va a misa y se ha empeñado en transmitir esa fe a sus hijos, seguramente por mis circunstancias personales. Lo que me interesa de la Iglesia son los valores universales y morales que transmite, la humanidad de su Dios, la misma humanidad”.

Los doce argumentos de un prestigioso historiador

En su artículo, el historiador recuerda que, en Estados Unidos, “los precios de medicamentos y servicios médicos iban aumentando. En la campaña electoral de 2008, el señor Obama prometió bajarlos mediante una reforma fundamental, exigiendo a todos los ciudadanos la obligación de comprar un plan de seguros y ofreciéndoles la opción de hacerlo con una entidad estatal”.

Sin embargo, pronto se dispararon las protestas: “se escandalizaron las compañías privadas. Los republicanos gritaban en contra al concepto de comprometer a los ciudadanos del país de la libertad. Los economistas despreciaban el intento de intervenir en el mercado. Resultó, además, que los sondeos revelaban que la mayoría de los norteamericanos estaban satisfechos con lo que tenían y no veían ninguna necesidad de que el gobierno ofreciese seguros”, señala.

A partir de esa situación, Fernández-Armesto desgrana hasta doce argumentos que aclaran el porqué de “El gran error del ‘Obamacare'”, principalmente, lo que él llama “un diablo entre los detalles del proyecto de ley aprobado por el Congreso”.

1. “El señor Obama, una vez que los votos de los pobres le hubieran llevado a ser presidente,abandonó la opción pública y acabó proponiendo una ley adulterada, que ni era universal, ni ayudaría a los más míseros, ni disminuiría los gastos, ni les quitaría a las compañías privadas nada de su monopolio”.

2. Un aspecto fundamental de la ley es que las compañías pagarán los seguros de sus empleados. Sin embargo, “en la ley, tal como salió de la legislatura, no se especificaron todos los servicios que así se pagarán, sino que se permitió que los tratos preventivos, por ejemplo, se acordasen luego por una agencia gubernamental, el Departamento de Salud Pública”.

“Ese departamento devolvió el encargo en manos de otra agencia –la Oficina de Recursos y Servicios de Sanidad– que tampoco se vio capaz de identificar los servicios relevantes y trasladó la responsabilidad a manos de un comité de médicos”.

3. Además, y esta es la clave o “diablo” que se coló en la ley, “estos profesionales aprobaron una lista de servicios que incluye medidas contraceptivas, esterilizadoras y pro aborto“.

4. De esta manera, gracias a la intervención de estos profesionales, “la ley –o a aquella cláusula, por lo menos– se ha convertido en una ofensa contra la democracia, ya que unos individuos no elegidos por el pueblo han logrado imponer su opinión personal en un acto legislativo que debería haberse resuelto entre los representantes del electorado”

5. También resalta que en el texto de la ley, hay “un abuso de lenguaje, ya que estar embarazada no es una condición médica que hay que prevenir como si fuera una pulmonía o un cáncer“.

6. “La ley es ya una ofensa contra el derecho humano de libertad de creencia, porque exige a empleadores cristianos y musulmanes que paguen medidas no permitidas por su religión”.

7. “Ofende a la moralidad por presionar a los patronos a involucrarse en abortos que les son moralmente repugnantes”.

8. “Las multas son fuertes: 10 millones de dólares, cuanto menos, por cada año de incumplimiento, aumentando según el número de empleados. En el caso de una de las entidades afectadas, la empresa católica Hobby Lobby, una cadena de almacenes dedicados a vender artesanías, el total puede ascender a $475 millones”

9. “No sería justo, tampoco, si a los no creyentes se les negara contraceptivos. Pero sería fácil garantizarles sus derechos sin exigir a los demás que se los costearan.

10. No quiero “condenar a una mujer embarazada cuya vida se viera gravemente amenazada; pero no es preciso que un bebé se sacrifique al coste de una persona que aborrece el aborto. En una sociedad civilizada y pluralista hay que buscar medios de respetar las conciencias de todos los ciudadanos. Por eso, la cláusula es inicua. Hay que rechazarla”.

11. Otro argumento de peso es que “afortunadamente, en los EEUU, la libertad religiosa se garantiza no sólo por la Constitución, sino por una ley de los años 80 que extiende esa libertad tanto a una corporación como a un individuo”. En ese sentido, “hace pocos días, el Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia –que se considera el tribunal de más prestigio del país, exceptuando únicamente al Tribunal Supremo– determinó a favor de dos hermanos, dueños de una empresa de transporte de víveres, quienes pidieron exención por motivos religiosos de la obligación de pagar los costes de contraceptivos, pro aborto y esterilizaciones”.

Según el resumen de la jueza Janice Rogers Brown, “los hermanos no hubieran tenido más remedio que pagar una multa de más de 14 millones, para mantener los principios sagrados de su fe, paralizando la compañía a la cual se habían dedicado de toda la vida, o ser cómplices en una injusticia grave”.

12. Y no es un único caso. “Hay docenas de acciones legales más, algunas de las cualescuestionan no sólo la cláusula sobre contraceptivos, sino los mismos principios de Obamacare. El estado de Indiana, por ejemplo, sostiene que el gobierno federal no tiene ningún derecho de exigir a los gobiernos estatales que paguen seguros”.

Fernández-Armesto concluye su artículo recordando que “aún en un cuerpo enfermo, el valor de una mente sana se mantiene, mientras que un cuerpo sano no sirve para nada si sólo obedece a ambiciones amorales. Y ‘¿de qué sirve ganar el mundo entero si se pierde el alma?'”.