Dr. Luis Durand

Vivimos épocas donde se apoyan, al mismo tiempo, y como positivos, hechos que son contradictorios en sí mismos… eso nos aleja de la verdad, de la inexorable realidad que JAMÁS puede ser eludida… generando, a la larga confusión y frustración… Esto sería un brevísimo resumen de lo que interpreto como la posverdad… pretender evadirnos de la realidad…

En el mes de marzo, las sociedades han ido dedicando días referenciales para la mujer … El día 8 se destina específicamente para reflexionar sobre sus derechos… El día 25 se ha dedicado al niño por nacer, que, al margen de que alrededor del 50% de ellos sean mujeres, está intrínsecamente ligado a la maternidad… lo opuesto a algo que se pretende instalar como un derecho: “interrumpir” la vida de esos niños, según el “deseo” circunstancial de quien circunstancialmente “materna”…

¿Cuantas opiniones diversas y “toneladas de ríos de tinta” respecto a los derechos de las mujeres?

Aportaré el mío, porque considero que son esenciales para un buen desarrollo de cualquier sociedad… ¡¡¡las necesitamos en plenitud!!!

APOYO A LA MUJER

Quiero escribir sobre el APOYO que merecen las mujeres… no solo por mi admiración en cuanto a la atracción que me generan; sino, principalmente, por la admiración que les tengo, respecto a sus capacidades, donde siento que, la mayoría de las veces, globalmente, son superiores a nosotros, los varones.

Dado que esta comparación no es el punto principal de este escrito, solo mencionaré que la mujer está muy capacitada para algo que hace permanentemente, y que a nosotros, los varones, nos cuesta mucho: “hacer, eficientemente, y tomar muchas decisiones, sobre temas diversos, al mismo tiempo…”. Podemos analizar muchas otras cosas, pero solo eso, ya me resulta admirable.

En mi humilde opinión, los varones solo superamos globalmente a la mujer en fuerza bruta (fuerza física), y en estabilidad emocional, que en algunas ocasiones puede permitirnos un análisis más sereno de las cosas…

Sin embargo, mi mayor admiración surge cuando se plenifica la complementariedad entre mujeres y varones, la cual se observa en forma magistral en muchos matrimonios que nos despiertan orgullo y alegría, solo con verlos actuar y desenvolverse conduciendo la micro-empresa más importante de la humanidad: la FAMILIA.

La mayor fuerza bruta del varón generó un desequilibrio histórico e injusto y muchas mujeres, ¡muchas!, sufrieron y sufren abusos de todo tipo… hasta la muerte.

Celebro la visibilidad que tomó este tema en estos últimos años, lo cual es el resultado del esfuerzo de muchas mujeres… merecen nuestro acompañamiento, apoyo y compromiso.

Muchas veces he escrito que, en mi análisis sobre los progresos globales de la humanidad, el más importante, y difícil, de la historia fue ir logrando que el más débil tenga los mismos derechos en dignidad y justicia que el más fuerte… a diferencia de la “época de las cavernas”, luego también conducta continuada y muy replicada en toda la historia, donde el más fuerte prevalecía sobre el más débil.

Hoy, en muchas sociedades más organizadas, y en muchas circunstancias, el más débil tiene derecho a presentarse frente a un juez objetivo, designado y avalado por “la sociedad” en su conjunto, para hacer valer sus derechos frente al más fuerte, generando algo más cercano a la “igualdad de derechos”… todavía se puede mejorar mucho en este aspecto.

La mujer merece nuestro apoyo para que esa línea de igualdad y justicia siga adelante, que no se detenga nunca.

Pero, además de apoyar a la mujer en términos de justicia social, estoy convencido que las necesitamos más activas y participativas para mejorar las sociedades por su visión general, muchas veces más estratégica y objetiva… los varones hemos hecho bastante lío con nuestra mirada parcial, más frecuentemente interesada…

Necesitamos darle mayor lugar a la mujer, y que ella florezca en plenitud, necesitamos MÁS de aquello que la distingue, que la caracteriza… necesitamos más complementariedad en muchos más aspectos del quehacer diario…

Una de esas características esenciales es su “espíritu maternal”, que, desde el amor, NATURAL y ESPONTÁNEAMENTE considera a todos por igual, con las obligaciones y derechos que le corresponden a cada uno, en igualdad de condiciones… Son muy necesarias algunas correcciones, o “acomodamientos de rumbo”, en este mundo de “sacarnos ventajas”, que hemos organizado los varones… y que a veces se nos va de las manos…

¿Cómo apoyar/ayudar a la mujer?

Permitiendo SER ella misma, que desarrolle su potencial de amor, de organización más equitativa y justa…

Me preocupa que ciertos “movimientos” que dicen defender los derechos de las mujeres, solo planteen los mismos, comparándolos con la vara de los “derechos” de los varones… buscando que ellas se terminen pareciendo, más y más, a ellos, en lugar de buscar, impulsar y defender que la mujer tenga el espacio protegido para desarrollar las características que le son propias en esencia, y para que de esa forma, ella se sienta

plena y feliz… lo cual estoy convncido que redundaría en la felicidad de todos, permitiendo también que los varones saquemos lo mejor de nosotros mismos.

Histórica y naturalmente la mujer es mas de “vida en comunidad” que el varón, que muchas veces debe funcionar como una suerte de “lobo solitario”…

La mujer comprende mejor, lo lleva en su esencia, los mecanismos de la convivencia… donde le resulta natural interesarse por las demás, y compartir también sus propias preocupaciones… luego, está dispuesta a colaborar en lo que pueda por el/la que está necesitando algo que ella pudiera aportar…

Históricamente, el rol del varón ha sido distinto. Ha salido a buscar el sustento, ha sido protector… y ha “competido”, con los otros varones, por obtener la mirada atractiva de la mujer…

Globalmente, el varón funciona en forma más individualista, mientras que la mujer, más en forma comunitaria… eso no quita que muchos varones aprendieron a unirse por objetivos comunes… y que las mujeres también tienen sus momentos, o aspectos de sus vidas, donde puede predominar el egoísmo…

Al mismo tiempo, la mujer es quien más participa activamente en la crianza de los hijos… tiene las mejores chances de influir y modelar los comportamientos futuros de sus hijos e hijas… ¡Cuanto poder! Los va mirando de cerca, los rectifica o aconseja, los va educando…

La figura paterna, también es muy importante y complementaria, pero la madre está mucho más presente…

Lo que se ha dado en llamar “feminismo” pone el foco en la comparación entre las mujeres y los varones, buscando igualarlos… cuando son distintos en esencia…

¿Será eso “lo mejor” para la mujer? ¿Parecerse cada vez más al “lobo solitario” del varón, buscando proveer y defender, en lugar de armonizar, cuidar y enseñar a convivir?

Se pide insistentemente condiciones laborales equivalentes a las del varón, en términos de calidad laboral y remuneración.

Esas horas extras, con mayor intensidad y responsabilidades laborales… ¿Aportarán “alivio y plenitud” a la mujer? O ¿podrían ser un germen de frustración para el análisis, luego de esfuerzos titánicos…?

Otro punto, que sorprende por lo contradictorio, es que “el feminismo” luche por sus derechos frente a los abusos del que circunstancialmente es más fuerte que ella, pero al mismo tiempo proponga eliminar (matar, o más bien, “interrumpir su vida”) al más débil que ella cuando este último no fuera deseado, o simplemente resultara incómodo o “fuera de momento”…

Otra vez, esta confusión puede generar frustraciones…

Otro factor de confusión, está en el uso del lenguaje. Es llamativo el uso que se le está dando a la palabra “percibirse”…

Se adjudica a la percepción la propiedad de “adelantar” la comprensión de la realidad en base al uso de algunos sentidos, sin que todavía pueda ser observada en forma completa, lo cual constituye la observación real y concreta… Por lo tanto, la percepción, siempre está vinculada a la realidad… se percibe previamente lo que luego se confirma como real… ¿cómo podría alguien auto-percibirse como algo que no es, ni será nunca…como algo ficticio, “deseado”, pero jamás real?

Las contradicciones acercan a la frustración…

Creo que vamos madurando el concepto sobre la necesidad de preguntarnos, verdaderamente, como sociedad, ¿CUÁL sería la ayuda que la mujer verdaderamente necesita? y si… ¿direccionar a la mujer a que se parezca más al varón, sería una ayuda real…?

Por supuesto, como un ejemplo, y solo analizando un aspecto de los que fuimos desarrollando más arriba, podemos evaluar también sobre lo opuesto, ¿si sería verdadera ayuda para un varón, que lo hormonicen para que tienda a parecerse, en los rasgos externos, a las mujeres, mientras conservan todas las características celulares del ser varón…?

La evidencia está mostrando que estos grupos de varones y mujeres, a quienes se “ayuda” a cambiar de apariencia sexual, están teniendo la mayor tasa de suicidios… parecería que algo no está bien…

Dejo la INQUIETUD:

1) ¿Cómo verdaderamente podríamos ayudar mejor a la mujer?

2) ¿Por qué se fueron planteando caminos que no son de verdadera ayuda? ¿Puede haber alguien por detrás que impulse esos movimientos, y obtenga algún beneficio propio?

3) ¿Sería correcta la sensación de que los medios masivos de comunicación y las redes sociales denigran constantemente, como anticuado y mal visto, a las mujeres que defienden la maternidad y el cuidado de la FAMILIA?