En uno de los Evangelios que se leyeron esta semana, Jesús les dice a sus apóstoles que cuando quieran rezar lo hagan de la siguiente forma: “enseña/reza el Padre Nuestro”.

Los cristianos somos hijos del “Padre Nuestro” … ¿lo tenemos presente cuando pensamos en el día del Padre?

¿Cómo es este Dios, que no marca una distancia de “inaccesibilidad divina”, sino que nos trata como a hijos y busca hermanarnos?

Nos dice que fuimos creados a Su imagen y semejanza. Un Dios cercano, que no se muestra inalcanzable, sino como padre, nos hace parte de Su familia.

Si Dios es amor, nosotros tenemos la potencialidad de amar, y cuando lo hacemos nos parecemos a Dios, nos comportamos a Su imagen y semejanza.

El eje es el amor… un amor que supone diferencias, supone libertad, supone perdón y supone humildad.

En otro momento Jesucristo nos dice: es fácil amar a quien te ama, pero te invito a amar a quien más te cuesta… ahí expresarás el máximo amor, el más pleno… y te mostrarás a imagen y semejanza de Dios. Cristo fue el máximo ejemplo en amar al más difícil.

Si todos fuéramos iguales, si todos pensáramos igual, no existirían los conflictos… no existiría la necesidad de los “gestos de amor”, por lo tanto, la existencia del amor supone las diferencias, y es el amor quien permite la mejor convivencia EN la diferencia, transformándola en enriquecimiento…

Entonces Jesús nos aconseja cómo dirigirnos a nuestro Padre.

El Padre Nuestro inicia con alabanzas y reverencias a Dios, luego un pedido del sustento necesario, no de excesos, de lo necesario… luego un compromiso en libertad, y finalmente un pedido humilde de ayuda.

“Perdónanos, así como nosotros perdonamos…”

El perdón es eje central del amor, pero también la libertad de hacerlo o no… Jesús no dice: “perdónanos todos nuestros pecados si nos arrepentimos…” Sino, perdónanos en la medida que nosotros perdonemos…

Dios nos deja poner la vara… “perdóname IGUAL como yo perdone…”.

Para terminar, otra vez la libertad de elegir el bien o el mal… no dice que no haya tentaciones… sino que, en un humilde reconocimiento de nuestra debilidad, le pedimos ayuda para elegir bien… en libertad, y lograr evitar las tentaciones… evadirlas. En ese logro, en superar las tentaciones, pudiendo haberlas tomado, en elegir el bien por sobre el mal, está nuestra confianza y fortaleza para amar cada vez más, para parecernos a Dios y estar cada vez más cerca de ese Amor Pleno, más cerca de la felicidad eterna.

Cuando rezamos el Padre Nuestro empezamos alabando a Dios, pedimos austeramente nuestro sustento, pedimos humildemente ayuda, y asumimos un compromiso, que nos hace Sus hijos.

¿Todo esto aplica solo a los que tienen la Gracia de la Fe? Cristo no hizo distinciones, solo mostró un camino… un camino de amor, de verdad y de justicia… y también un camino para el conocimiento de Dios. Entender el amor que propone Cristo solo requiere coherencia… aspirar a comprender Su divinidad requiere de Fe…

Para el Dios en el que creemos los cristianos, cada uno elige todos los días qué camino tomar, libremente.

Cuando amas a tu prójimo, cuando honestamente deseas su bien, y trabajas, te comprometes por ello… estás siendo cristiano, aunque no lo sepas, o no quieras llamarte de esa forma, o usar ese nombre… ¿qué problema podría haber? Si un Dios todopoderoso, te da la libertad de elegirlo o no, ¿qué problema podría haber con elegir el nombre con que quisieras identificarte?

Pero si verdaderamente haces eso (buscar el bien de los demás como forma de alcanzar el propio), no habrá otro nombre que te defina mejor… cristiano, en eso, en amar a los demás, nadie te representará mejor que Cristo.

Y si no intentas hacer el bien, o si no tuvieras una actitud de arrepentimiento cuando no lo logras, si todo girara en torno a tu propio interés… no estarás teniendo una actitud cristiana, por más que insistas en llamarte “cristiano” … y asegurar que cumplís más o menos con los ritos…

Ser cristiano implica una actitud de amor… y Jesús, quien más nos amó y dio el mejor ejemplo, nos hermana compartiéndonos Su Padre…

Que en este “día del padre”, tengamos presente al mejor Ejemplo de Padre… que sepamos dejarnos guiar…

¡Feliz día para todos los padres!!

Dr. Luis Durand