LA DIFERENCIA ENTRE UNA PROFUNDA TENDENCIA HOMOSEXUAL Y ATRACCIÓN PASAJERA POR EL MISMO SEXO EN LOS CANDIDATOS AL SEMINARIO Y A LAS ÓRDENES RELIGIOSAS.
Linacre Quarterly, August 2011
Peter C. Kleponis y Richard P. Fitzgibbons

Resumen

La crisis de abusos sexuales en la Iglesia, cuyas víctimas principales fueron muchachos adolescentes, destaca la importancia del documento de 2005 de la Congregación de Educación Católica del Vaticano en la selección de candidatos al seminario y la vida religiosa, con respecto a la homosexualidad. Un examen clínico detenido dirigido hacia la identidad masculina y la evaluación del desarrollo de una imagen masculina positiva, a través de buena identificación con el padre, compañeros y hermanos, y también una imagen positiva con respecto al propio cuerpo, y tests psicológicos cuidadosos, pueden distinguir claramente entre profundas tendencias homosexuales y una atracción transitoria por el mismo sexo, en candicatos al sacerdocio. La ausencia de una relación positiva y segura con compañeros, su padre y hermanos pueden llevar a una actitud masculina débil, tristeza y rabia, que son importantes factores inconscientes en el desarrollo de astracción por el mismo sexo. También se describen los procedimientos para resolver la atracción transitoria por el mismo sexo, en candidatos y seminaristas. Poner por obra este documento del Vaticano es importante para proteger a menores del abuso sexual, y a la Iglesia, de más vergüenza y sufrimiento.

Introducción

La crisis de abusos sexuales en la Iglesia (de EEUU) en la que las principales víctimas fueron muchachos adolescentes[1] destaca la importancia del documento de 2005, de la Congregación del Vaticano para la Educación Católica, sobre la selección de candidatos para el sacerdocio y la vida religiosa, con respecto a la homosexualidad. En ese documento se hizo una distinción entre profundas tendencias homosexuales y atracción homosexual transitoria.[2] La capacidad de hacer esta distinción es de importancia vital para Obispos, superiores religiosos, directores de vocación y profesionales de la salud mental que evalúan candidatos, para proteger a menores y a la Iglesia.

Sobre la base de 35 años de experiencia clínica, y la literatura pertinente en el campo de salud mental, es posible distinguir claramente entre tendencias homosexuales profundas y atracción transitoria por el mismo sexo, en candidatos al sacerdocio, por medio de un examen clínico detallado, observando el desarrollo de una identidad masculina positiva, por relaciones seguras en la familia, con los compañeros, y esto asociado a una imagen corporal positiva, y también con tests psicológicos.

Tendencias homosexuales profundas

Los que tienen tendencias homosexuales profundas se declaran a menudo como “hombres gay”, lo que se basa en gran medida en sus atracciones sexuales. A menudo rechazan los descubrimientos científicos modernos de que no hay una firme base genética o biológica para la Atracción por el mismo sexo[3] y creen haber nacido así. No consideran su homosexualidad como una inclinación errada, se encuentran a gusto con su atracción sexual y aceptan la idea, cada vez más extendida, que la homosexualidad es una variación normal de la sexualidad humana, y piensan que no hay nada malo en la actividad homosexual. Estas ideas los hacen muy vulnerables a ponerlas en práctica. Hombres con tendencias homosexuales profundas se niegan usualmente a examinar la posibilidad de haber experimentado conflictos emocionales en sus relaciones con hombres, resultando en atracción por el mismo sexo. Cuando se les pregunta, nunca tuvieron un buen amigo hombre en la escuela primaria. La atracción física por el cuerpo de otros hombres y a lo masculino de otros es el resultado de profunda debilidad de confianza masculina, necesidad emocional de ser aceptados por hombres, y pobre imagen corporal[4]. Tienen significativa inmadurez afectiva con demasiada rabia y celos de hombres que no sean homosexuales. Su inseguridad los lleva a evitar amistades con otros hombres que no tengan atracción por el mismo sexo. Problemas de confianza masculina se han encontrado en estudios clínicos publicados en revistas de especialistas[5]y en la experiencia clínica[6], como importantes conflictos en aquellos con atracción por el mismo sexo, lo que puede también llevar a esa atracción.

Además investigaciones bien diseñadas, publicadas en revistas de especialistas, han demostrado una mucho mayor prevalencia de enfermedades psiquiátricas en aquellos que se identifican como homsexuales[7]. Además, un estudio del año 2011 de investigación sobre cáncer mostró que hombres con atracción por el mismo sexo, tenían casi el doble de cánceres que otros hombres, con una edad promedio de 41años. [8] En nuestra experiencia clínica habiendo tratado a un gran número de seminaristas, sacerdotes y religiosos por más de 35 años, ha mostrado una relación directa entre ira en la niñez, seguida de rebelión contra la doctrina de la Iglesia sobre moral sexual y comportamiento sexual. A menudo los que están en activo desacuerdo con la doctrina de la Iglesia sobre sexualidad, lo hacen para justificar sus propias acciones. Tienen escasa o ninguna defensa contra las tentaciones sexuales y generalmente tienen historia de actividad homosexual significativa. La literatura de salud mental y médica apoya la importancia del documento del Vaticano sobre la distinción entre tendencias homosexuales profundas y atracción transitoria por el mismo sexo.

Atracción transitoria por el mismo sexo

Aunque los términos “atracción transitoria por el mismo sexo” es una novedad en la descripción de jóvenes con atracción por el mismo sexo, en nuestra opinión profesional es una descripción clínica acertada de este problema y de su buen pronóstico. Preferimos usar el término ‘homosexualidad ego-distónica’ u homosexualidad opcional[9] porque implica la capacidad de cambiar. Los candidatos con atracción homosexual transitoria no basan su identidad masculina en su atracción sexual. Si bien no entienden claramente el origen de su atracción por el mismo sexo, no creen haber nacido con ella, y tienen muchos deseos de superarla. Por lo general no tienen historia de haber tenido actividad homosexual. Aceptan completamente la doctrina de la Iglesia sobre moral sexual y quieren vivirla y enseñarla. No están de acuerdo con las opiniones actuales sobre homosexualidad y uniones del mismo sexo. Estos jóvenes tienen una profunda motivación de esforzarse en la psicoterapia para identificar el origen de sus problemas y cómo resolverlos. El problema más comnún es la dificultad de desarrollar amistades con muchachos en la niñez, principalmente por falta de coordinación de ojos y manos, necesaria para jugar bien al baseball, basketball, fútbol o football americano y gimnasia. En una cultura que se centra mucho en los deportes, es difícil para un muchacho el desarrollar una confianza sana en su masculinidad si no participa en alguna actividad atlética. La falta de amistades estrechas con muchachos en la niñez conduce a una profunda soledad, tristeza, inseguridad, ansiedad, ira y pobre imagen corporal. La atracción hacia otros muchachos comienza a menudo antes de la adolescencia, y es un intento inconsciente de escaparse del dolor emocional. También la falta de unión segura con el padre se encuentra en algunos de estos muchachos, lo que intensifica su soledad e inseguridad masculina.

Tests psicológicos

Los tests que recomendamos en la evaluación de atracción por el mismo sexo en los candidatos son el Clarke Sex History Questionnaire – Revised (SHQ-R)[10] y Boyhood Gender Conformity Scale (BGCS)[11]. El SHQ-R se desarrolló para ser usado con criminales sexuales, en la justicia criminal. Identifica una variedad de prácticas sexuales normales y patológicas. El BGCS fue desarrollado en la Universidad de Indiana y es capaz de identificar homosexualidad con una precisión de 87%. Cuando estos tests se usan juntos, pueden identificar con una precisión de 90% los hombres con atracción sexual por el mismo sexo.

La historia de salud mental y la confianza masculina

En el momento presente se suele preguntar sencillamente si son heterosexuales u homosexuales. Además,algunos profesionales de salud mental tratan de identificar la atracción sexual por medio de tests psicológicos de proyección. Sin embargo, este método es insuficiente, especialmente en vista de la crisis en la Iglesia. Lo que se necesita es una historia detallada de relaciones positivas con compañeros hombres, con el padre, y con hermanos hombres, si están presentes, para evaluar el desarrollo de confianza masculina en la niñez, adolescencia y como adultos jóvenes. Dado que la aceptación por compañeros es crucial en el desarrollo de confianza masculina, es importante determinar cuándo se desarrolló la primera amistad masculina, y la calidad de esta relación. A menudo los candidatos con atracción por el mismo sexo informan que su primera amistad masculina ocurrió al comienzo de la adolescencia. Otra causa importante del rechazo por sus compañeros, además del problema de incapacidad de desarrollar amistades con otros niños en los deportes, son los celos por los talentos musicales, académicos o artísticos de muchos de esos compañeros. La evaluación de la imagen del cuerpo es también importante porque una pobre imagen aumenta la inseguridad masculina y puede contribuir a la atracción por el mismo sexo. Un hombre con una imagen pobre puede querer un cuerpo masculino perfecto hasta tal punto que llegue a desarrollar atracción sexual por otros varones.

Finalmente, es necesaria la evaluación de cualquier historia de experiencias homosexuales o de abuso en la niñez. Abuso sexual homosexual en la niñez da ña profundamente la confianza masculina. También algunos hombres desarrollan atracción por el mismo sexo como consecuencia de haber sido abusados por hombres mayores. En todos estos hombres sus atracciones homosexuales son un intento de obtener la confianza varonil y la masculinidad que nunca recibieron debido a la ausencia de una relación sana con sus padres y compañeros. Sin embargo, hagan lo que hagan, nunca las relacioness sexuales o románticas con otros hombres pueden curar adecuadamente sus heridas o satisfacer sus necesidades. El propósito de la terapia es identificar estas profundas heridas emocionales, y encontrar verdadera cura. Los tests psicológicos y una historia cuidadosa puede distinguir entre los candidatos con una profunda inclinación homosexual y los que tienen una atracción transitoria por el mismo sexo.

Tratamiento de la atracción transitoria del mismo sexo

Una vez que se ha identificado la atracción transitoria, se recomienda tratamiento ya sea antes de entrar o en el seminario. El fin es resolver los conflictos emocionales que se han descubierto dutrante la evaluación. Este proceso incluye resolver su ira para con los que los han herido, por medio de un proceso prolongado de perdón[12], fortaleciendo la confianza masculina, resolviendo la tristeza y soledad, y desarrollando optimismo. Dirección espiritual y fe son esenciales en este proceso porque es difícil resolver heridas emocionales profundas de la niñez, sin ellas. Reconocer progresivamente a Jesús como el mejor amigo y hermano durante la niñez y adolescencia reduce las heridas de soledad e inseguridad masculina. También un conocimiento creciente de San José como padre amante y positivo resulta reconfortante y ayuda a curar las heridas que pueda haber causado el padre. Además a la terapia y la direcci ón espiritual, los hombres con atracción por el mismo sexo deben ser estimulados a que desarrollen amistades sanas, no sexuales, con hombres heterosexuales. Tales amistades fortalecen la confianza masculina y reducen la soledad que lleva a la atracción del mismo sexo. Si bien algunos discuten la eficacia terapéutica para resolver la atracción por el mismo sexo, en nuestra experiencia clínica, trabajando con candidatos al seminario y seminaristas con atracción transitoria, cuando se resuelven eficazmente los conflictos emocionales y se mantienen las amistades masculinas, se resuelve la atracción por el mismo sexo[13][14] Un estudio importante sobre la solucirón de esta atracción fue realizado por el Dr. Robert Spitzer de la Universidad de Columbia. El Dr. Spitzer fue uno de los líderes que llevó a sacar la homosexualidad del manual de diagnósticos psiquiátricos en 1973. En su estudio de 200 adultos que habían buscado ayuda para su atracción por el mismo sexo, encontró que a los cinco años de terminado el tratamiento, 64% de los hombres y 43% de las mujeres se identificaban como heterosexuales[15] Respondiendo a la opinión de que la psicoterapia que ofrece curar la atracción por el mismo sexo podría ser dañina[16] el Dr. Spitzer escribió:

Aunque se ha descrito depresión como un efecto colateral frecuente de intentos fracasados de cambiar la orientación, tal no ha sido el caso de nuestros participantes, que dijeron haber estado extremadamente deprimidos antes del tratamiento (43% de los varones y 47% de las mujeres), pero después del tratamiento lo estaban raramente (1% varones y 4% de mujeres). Al contrario, después del tratamiento la inmensa mayoría informaron no estar en absoluto, o solo ligeramente deprimidos (91% varones, 88% mujeres).[17]

Esta investigación demostró también el beneficio de desarrollar confianza. Los participantes recibieron una lista de varias manera cómo la terapia habría podido ser “ayuda grande” (aparte de cambio de orientación sexual). Fue notable que los hombres se encontraron más masculinos, y las mujeres más femeninas en un 87%, y habían desarrollado amistades no sexuales con personas del mismo sexo en un 93% de los casos.[18]

Otro estudio prospectivo, un estudio longitudinal de 10 años demostró la eficacia del tratamiento de atracción no deseada por el mismo sexo.[19] Los beneficios de amistades masculinas sanas en la recuperación se demostraron en un estudio hecho en la Universidad de Fordham, que encontró que hombres que desarrollaron amistades no sexuales sanas con otros hombres mostraron resultados positivos en cambiar su atracción u orientación hacia el mismo sexo.[20] Un seminarista que estaba siendo tratado por atracción transitoria por elmismo sexo declaró, “Me he dado cuenta de que mi carácter masculino no depende ni dependía de ser buen deportista, de que me aceptaran los compañeros, tener un cuerpo musculoso o un padre que me apoyara, sino de llegar a ser más como Jesucristo, el verdadero modelo de lo masculino.”

La directiva del Vaticano establece que la atracción por el mismo sexo tiene que haberse superado claramente por lo menos tres años antes de la ordencación al diaconado.[21] Una psicoterapia dirigida primariamente hacia debilidad de confianza viril, acompañada de dirección espiritual generalmente hace esto posible. Seminaristas que no han superado su atracción por el mismo sexo en la fecha prescrita, debieran tomar permiso y volver solamente cuando estén convencidos que han superado la atracción.

Conferencias para profesionales de salud mental

Dada la crisis en la Iglesia marcada por actos homosexuales contra muchachos adolescentes, resulta esencial que los profesionales de salud mental envueltos en la evaluación de candidatos al seminario o en el tratamiento de seminaristas con atracción por el mismo sexo, debieran saber distinguir una tendencia homosexual profunda de una atracción transitoria por el mismo sexo, que comprendan el origen y tratamiento de la atracción transitoria y estén de acuerdo con la doctrina de la Iglesia sobre homosexualidad. Dada la naturaleza especializada de la evaluación de candidatos al seminario, recomendamos que psicólogos y psiquiatras envueltos en este trabajo tan importante, debieran participar en programas regulares dados por personas fieles al magisterio de la Iglesia con respecto a moral sexual.[22]

Conclusión

El documento del Vaticano sobre la distinción entre tendencia homosexual profunda y atracción transitoria por el mismo sexo, es muy importante porque intenta prevenir el abuso de muchachos adolescentes y niños, y proteger a la Iglesia de futura vergüenza y sufrimiento. Una atracción transitoria por el mismo sexo puede ser reconocida y tratada con la psicoterapia adecuada, junto con dirección espiritual. Es de esperar que candidatos al seminario y seminaristas con tendencias homosexuales profundas sepan aceptar la sabiduría del Papa Benedicto XVI sobre homosexualidad. “La sexualidad tiene un significado intrínseco y una orientación que no es homosexual. El significado y dirección de la sexualidad es causa de la unión de un hombre y una mujer, y de esta manera hacer que la humanidad encuentre posteridad, niños, futuro. Tal es la esencia de la sexualidad. Cualquier otra cosa milita contra el sentido intrínseco y la dirección de la sexualidad. Es este un punto que tenemos que mantener firmemente, aunque no sea una idea popular en esta época.” [23]


[1] The nature and scope of the problem of sexual abuse of minors by catholic priests and deacons in the united states. (2004). New York: John Jay College of Criminal Justice. Retrieved on 05/23/2011 from http://www.usccb.org/nrb/johnjaystudy/.

[2] Instruction concerning the criteria for the discernment of vocations with regard to persons with homosexual tendencies in view of their admission to the seminary and to holy orders (2005). Vatican City: Congregation for Catholic Education. Retrieved on 05/23/2011 from http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccatheduc/documents/rc_con_ccatheduc_doc_20051104_istruzione_en.html.

[3] American Psychological Association (2008). “Answers to Your Questions for a Better Understanding of Sexual Orientation & Homosexuality.”

[4] Homosexuality and Hope (2010). Catholic Medical Association

[5] Sandfort, T.G., et al. (2003). Same-sex sexuality and quality of life: findings from the Netherlands mental health survey and incidence study. Archives of sexual behavior. 32(1), 15-22.

Parkes, A., et. al. (2011). Comparison of teenagers' early same-sex and heterosexual behavior: UK data from the share and ripple studies. Journal of adolescent health. 48(1), 27-35.

[6] Fitzgibbons, R. (1999). The origins and therapy of same-sex attraction disorder. In C. Wolf ed. Homosexuality in American Public Life. Washington, DC: Spence.

Fitzgibbons, R. (1996). The origins and healing of homosexual attractions and behaviors. In Fr. John Harvey, The truth about Homosexuality: A comprehensive view of the issues involved in homosexuality. San Francisco: Ignatius Press.

[7] T. Sandfort et al. (2001). Same-Sex Sexual Behavior and Psychiatric Disorders: Findings from the Netherlands Mental Health Survey and Incidence Study (NEMESIS), Archives of General Psychiatry, 58 (1), 85-91; D. Fergusson et al. (1999). Sexual Orientation Related to Mental Health Problems and Suicidality in Young People; Archives of General Psychiatry 56 (10), 876-80.;.

R. Herrell et al. (1999). Sexual Orientation and Suicidality: A Co-Twin Control Study in Adult Men, Archives of General Psychiatry, 56(10), 867-74; S. Cochran and V. Mays. (2007). Physical Health Complaints Among Lesbians, Gay Men, and Bisexual and Homosexually Experienced Heterosexual Individuals: Results From the California Quality of Life Survey, American Journal of Public Health, 97 (11), 2048-55; S. Gilman et al. (2001). Risk of Psychiatric Disorders Among Individuals Reporting Same-Sex Sexual Partners in the National Comorbidity Survey, American Journal of Public Health, 91 (6), 933-76; T. Sandfort et al. (2006) Sexual Orientation and Mental and Physical Health Status: Findings From a Dutch Population Survey. American Journal of Public Health 96 (6), 1119–25.

[8] Boehmer, U., et al. (2011). Cancer Survivorship and Sexual Orientation. Cancer 2011, May 9

[9] Socarides. C. (1995). Homosexuality: A Freedom Too Far; A Psychoanalyst Answers 1000 Questions About Causes and Cure and the Impact of the Gay Rights Movement on American Society, Phoenix, AZ: Adam Margrave Books, pp. 16-18)

[10] Langevin, R. & Paitich, D. (2002). Clarke sex history questionnaire for males – revised (SHQ-R). North Tonawanda, NY: Multi-Health Systems, Inc.

[11] Hockenberry, S. & Billingham, E. (1987). Boyhood gender conformity scale (BGCS). Bloomington, IN: Department of Applied Health Science, Indiana University.

[12] Enright, R. & Fitzgibbons, R. (2000). Helping Clients Forgive: An Empirical Guide for Resolving Anger and Restoring Hope. Washington, D.C.: American Psychological Association Books.

[13] Fitzgibbons, R. (1999). The origins and therapy of same-sex attraction disorder. In C. Wolf ed. Homosexuality in American Public Life. Washington, DC: Spence.

[14] Homosexuality and Hope. (2010). Catholic Medical Association. www.cathmed.org

[15] Spitzer, R. L. (2003) “Can Some Gay Men and Lesbians Change Their Orientation?” Archives of Sexual Behavior, 32(5), 403-417.

[16] Accepting Your Gay Child (2006). p. 17, Liguori publication, Ligouri, MO

[17] Ibid, p. 412

[18] Ibid, p. 412

[19] Jones, S. L., & Yarhouse, M. A. (2007). Ex-gays?: A longitudinal study or religiously mediated change in sexual orientation. Downers Grove, IL: InterVarsity Press Academic.

[20] Karten, E. Y., & Wade, J. C. (2010). Sexual orientation change efforts in men: A client perspective. The Journal of Men’s Studies, 18, 84-102.

[21] Instruction concerning the criteria for the discernment of vocations with regard to persons with homosexual tendencies in view of their admission to the seminary and to holy orders (2005). Vatican City: Congregation for Catholic Education. Retrieved on 05/23/2011 from http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccatheduc/documents/rc_con_ccatheduc_doc_20051104_istruzione_en.htm

[22] Fitzgibbons, R., Rudegeair, P. (2002). A Letter to the Catholic Bishops. Homiletic and Pastoral Review, November.

[23] Pope Benedict XVI. (2010). Light of the World, Ignatius Press. p. 151-2.

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***This is a translation of a paper that appeared in the August 2011 issue of The Linacre Quarterly, and is republished with permission.
William V. Williams, M.D.
Editor in Chief
The Linacre Quarterly